Por Arturo Castañeda Orduña
El futuro ya está aquí. Hace algunos años, cuando la pandemia por Covid-19 comenzaba, muchas organizaciones seguían pensando que no podrían trabajar de manera remota; y también se dieron cuenta de lo equivocadas que estaban. Con el home office (o teletrabajo) nos dimos cuenta que sí era posible e incluso pudimos descubrir que contamos con colaboradores que desde casa trabajan mejor y entregan mejores resultados. El reto ahora es atraer de nueva cuenta a todos aquellos que ya probaron lo bueno (y lo no tan bueno) del teletrabajo.
Las organizaciones deben redefinir como serán sus espacios y adaptarse a una nueva forma de trabajar. Así como en casa los colaboradores trabajaban, compraban, se divertían, aprendían y planeaban sus vacaciones en línea; ahora se deben adaptar los espacios organizacionales a las nuevas tendencias y ser atractivos para regresar. Si bien es cierto que no todas las personas se adaptan a estar en casa y al teletrabajo sabemos que existe un gran número de colaboradores que valoran los esquemas híbridos. Esto se ha vuelto todo un reto debido a que estamos pasando por momentos de reflexión pensando cómo serían los nuevos horarios, hasta dónde se tendrá flexibilidad y qué tanto se estará obligando a la presencialidad. Las oficinas deben conservar su papel institucional, mantener la marca y cultura corporativa. El reto es mantener viva la cultura corporativa de manera remota.
La interacción física, sin embargo, es importante para aumentar la creatividad, transmitir la cultura, guiar a los nuevos ingresos y crear trabajo en equipo entre los colaboradores. Antes, “tenían” que ir a la oficina porque la empresa les obligaba, ahora las empresas deben buscar atraer a los colaboradores, aunque estén “muy bien” trabajando en casa. Las nuevas oficinas deben ser un factor de motivación, de orgullo y reflejo de los valores de una organización. La oficina debe ofrecer una experiencia que atraiga a los trabajadores y contar con factores que permitan competir contra ofertas donde incluso el sueldo sea mayor.
La nueva oficina debe ser híbrida con espacios para integrar a quienes están trabajando desde casa o sitios remotos, a quienes realizan actividades presenciales y a quienes solo asisten unos días a la semana. Se debe pensar en espacios abiertos, zonas lúdicas y de descanso, áreas para comer informales y zonas para desarrollar la creatividad. Actualmente algunas universidades del país cuentan con este tipo de espacios que se pueden replicar en las organizaciones.
La competencia por atraer y mantener al mejor talento ha iniciado y debemos tener claro que ya no depende solamente del salario.